El niño creativo

Busca siempre un espacio para tu mente…

Piensa en el sueño que tenías de niño(a) y no dejes que eso muera, porque aquello que soñabas ser es lo que en verdad eres.

¿Te olvidaste de tu sueño? ¡Vuelve al camino! y no dejes que nada ni nadie te impida volar, gritar, saltar o reír; Está en tus manos dejar huella en este mundo y no ser uno más en medio de un jardín de muertos. ¿recuerdas que eras?, tal vez un bombero o una bailarina… ¡No es tarde! dale un espacio a ello y no dejes que se muera.

 

Expresa tus ideas con tus manos, tu voz, tu cuerpo… Esperar que otros te dejen volar es como ser un ave enjaulada frente a un inmenso bosque de posibilidades… y si de repente tu, eres ese guarda que no te deja avanzar, ponte en frente de ti mismo y habla de lo que es tu sueño, a lo mejor se conmueva y te de espacio de recordar.

En realidad el hombre nunca deja de ser niño, ese niño sigue vivo dentro de ti, a lo mejor hambriento o con frío porque lo has dejado a un lado pero aun con esperanzas fervientes de volar, de saltar y reír como antes lo hacía, hasta que te olvidaste de él y de ti mismo.

Deja un poco tanto que tienes por responsabilidades, aunque sea mientras comes o caminas hacia un lugar, y piensa en ¿cuál es la verdadera razón de la vida?, busca de nuevo esa razón en ti y detente a pensar que tú eres el responsable de marcar tu propia felicidad, ¡no lo es tu pareja! tus amigos o tu estabilidad laborar, ERES TU.

Vuelve a jugar y deja que el niño creativo que has olvidado tenga un respiro de nuevo en ti, ¡te sorprenderás de las cosas que puedes lograr! puesto que el ser humano está hecho para crear y dejar huella, ¡y no una silla de oficina! si no en la vida de otras personas que a lo mejor se siente extraviados como tú te sentiste.